Digitalización y outplacement, transformar siendo responsable
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Ahora bien, como expertos en outplacement y procesos de offboarding, queremos ahondar en cómo la nueva digitalización en las empresas puede derivar en reestructuraciones de la plantilla y cómo actuar en tales casos.
¿Qué es la digitalización y qué ventajas tiene?
Por situarnos, la transformación digital es la reinvención de los procesos y las personas que conforman una organización por medio del uso de la tecnología digital. Es por ello que las empresas deben actualizarse e implantar nuevas tecnologías, herramientas y plataformas orientadas a las nuevas demandas del mercado. Toda empresa que no siga este ritmo caerá en una obsolescencia. Por lo tanto, ignorar la digitalización en las empresas desembocará en una desaparición futura.
Seguramente, ya estaréis inmersos en este proceso de digitalización en las empresas. Esto significa que estáis trabajando procesos más automatizados que hacen más ágil el trabajo, en los que existen menos intermediarios y un mayor ahorro de costes. De hecho, la mayor eficiencia y ahorro económico que se plantea con esta transformación digital son los principales atractivos para acometer estos procesos. De ahí el objetivo de que se trate de un proceso rápido, en el que las personas de la compañía se impliquen.
¿Por qué es importante la digitalización en las empresas a nivel de recursos humanos?
Como consecuencia, la digitalización en las empresas ha supuesto un cambio en la estructura de las organizaciones. Por un lado, las plantillas se han visto obligadas a incorporar nuevos perfiles digitales –con formación digital específica, con visión analítica y acostumbrados a procesos de trabajo más eficientes–. Solo con profesionales cualificados para este nuevo enfoque tecnológico se puede poner en marcha este proceso retador en las diferentes áreas o departamentos de la compañía.
Por otro, este nuevo organigrama ha hecho aflorar la necesidad de que los perfiles ya existentes en las compañías tomen conciencia de este requerimiento de actualización digital. De hecho, el 40% de los trabajadores sostiene que hoy día están alarmados por la digitalización en las empresas que antes de la crisis de la Covid-19, según un estudio. Es por ello que cada vez es mayor la oferta de másteres, programas y cursos especializados en el ámbito digital. Incluso han aparecido escuelas nativas digitales que se suman a las escuelas de negocios más tradicionales con nuevas formaciones digitales.
No obstante, con todo y con eso, todavía existe una alta escasez de talento digital en las empresas. Un ‘gap’ que se irá incrementando con el tiempo, dada la evolución que las nuevas tecnologías están imponiendo en los distintos sectores. A la larga irán apareciendo nuevos puestos de trabajo y nuevas habilidades que aún no conocemos. Por ejemplo, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, hasta el 40% de las competencias básicas requeridas a un profesional cambiarán en los próximos cinco años.
En esta línea, ya son muchas las empresas han empezado a invertir en programas de desarrollo para empleados clave. Al mismo tiempo, los propios trabajadores han empezado a formarse por su cuenta. Se trata de estar al día y poder adaptarse a la necesidad existente y la evolución del mercado laboral. No debemos olvidar que entre el 3 y el 14% de los trabajadores de hoy día tendrá que cambiar de categoría profesional para el año 2030 debido a la digitalización en las empresas, según una investigación de McKinsey.
¿Cuál es el papel del outplacement en la gestión de la transformación digital?
Eso sí, ante este panorama, podemos encontrarnos con otros escenarios menos positivos en los que el empleado no sale siempre bien parado. Así, es posible detectar que algunos trabajadores se muestran reacios a estas acciones de upskilling o reskilling. Es decir, directamente “no quieren” desarrollarse digitalmente y deciden no apuntarse a estos programas de formación. Otra posibilidad es hallar profesionales que se inscriben, pero sin demostrar especial motivación por este desarrollo. Esto termina siendo malo para ellos y para el conjunto del personal. También es probable tener empleados que sí desean actualizarse, pero no son capaces de adaptarse a las nuevas tecnologías y desarrollarse a la velocidad que actualmente se requiere.
Sea cual sea la casuística, la digitalización en las empresas desembocará inevitablemente en el denominado “desempleo digital” por esta inadaptación. De ahí la importancia de trabajar muy bien el proceso de offboarding, dado el alto impacto que este tiene en la experiencia de empleado.
Es decir, en estos casos, las empresas responsables deben estar obligadas a mirar por todos ellos y buscar una salida justa, dando el soporte y el apoyo profesional que toda persona puede requerir. Y ahí es donde entra en juego el outplacement como parte del proceso de digitalización en las empresas. ¿En qué sentido?
Apoyar a los que se van nos hará ser más fuertes, al actuar de acuerdo con nuestros valores corporativos cuando las personas realmente lo necesitan. De hacerlo, el impacto del outplacement en los que se van es grande, pero también lo es en aquellos que se quedan (y en los que vendrán). Se habla mucho de valores y marca, lo cual, sin duda, es clave para atraer y fidelizar a los mejores profesionales. Pero también lo es para ser un referente empresarial y social. En nuestras manos está que esta digitalización en las empresas resulte positiva para todos los implicados.
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