Las desvinculaciones, un impacto real en los empleados que se van y en los que se quedan

Con la crisis sanitaria, primero, y la inflación, después, en los últimos años han generado graves consecuencias en materia de empleo. Y es que no son pocas las empresas que se han visto obligadas a acometer desvinculaciones laborales entre sus equipos. Incluso otras muchas han tenido que transformar un ERTE en una reestructuración de la organización. Estos procesos son muy delicados. ¿Sabemos cómo afrontarlos correctamente para que tengan el menor impacto posible tanto en la persona que se va como en los trabajadores que se quedan? 

¿Cuál es el impacto de las desvinculaciones en la plantilla?

Según el Índice de Medición de la Experiencia del Offboarding en España, hasta un 60% de los profesionales afectados por las desvinculaciones -personalmente o porque hayan sido sus compañeros durante el año previo- se convierten en detractores de la compañía. Esto significa que no recomendarían la empresa como lugar para trabajar. Preocupante, ¿verdad?

No debemos olvidar que las relaciones interpersonales en las organizaciones son un factor a tener en cuenta. Así, en España, el 63% de los empleados asegura que mantienen contacto con sus compañeros fuera del entorno laboral, según Michael Page. Y estos vínculos resultan muy positivos. De acuerdo con el mismo estudio, el 93% de los encuestados considera que una buena relación con el resto de personal afecta positivamente a su rendimiento y desempeño. 

Sin embargo, también tiene un lado negativo. Cuando se producen desvinculaciones, esos lazos generan un sentimiento de rechazo hacia los responsables de tomar y/o trasladar esa decisión y la compañía en sí misma. La incertidumbre de la plantilla, la falta de sentimiento de pertenencia y la baja productividad son algunas de las consecuencias que pueden surgir entre los empleados.

Offboarding, una oportunidad para marcar la diferencia 

¿Qué podemos hacer en estos casos? Un buen proceso de offboarding no solo favorecerá el impacto de esta dura transición, también será una ventaja competitiva para la compañía.

En este sentido, cuando una empresa se enfrenta a reestructuraciones o desvinculaciones laborales, debe tener en cuenta que el impacto de semejante decisión se da tanto los empleados que salen como en los que se quedan en ella. Por tanto, no hay que olvidar que, pese a la gravedad de la situación, la compañía no puede perder el foco de lo importante: las personas. Los empleados son el motor de una empresa y, por eso, en los momentos difíciles es clave estar más cerca que nunca de ellos.

«Asegurar una buena desvinculación laboral, momento a momento, es algo que está en nuestras manos. Así, saber afrontar un proceso de offboarding será decisivo para marcar la diferencia como compañía.»

Pautas para cuidar a la plantilla tras una desvinculación

Para lograr un proceso de offboarding exitoso, las siguientes claves son cruciales: 

• Medición. Como sostenía Peter Drucker, considerado padre del management, no se puede mejorar lo que no se mide. Es decir, para poder adoptar medidas adecuadas, previamente necesitamos evaluar cuál es la experiencia real del personal que se marcha y del que permanece en la organización. En este punto, es importante también analizar especialmente el perfil interno de los detractores. 
• Acción. Con esta panorámica, ya sí podemos poner en marcha medidas personalizadas que nos permitan mejorar indicadores como el sentido de pertenencia, la fidelidad hacia la compañía, la imagen de marca -interna o externa-, la satisfacción laboral… Sin olvidarnos del empleado que abandona la empresa, facilitándole un plan de carrera profesional con el que enfrentarse al mercado laboral con mayores probabilidades de éxito. 
• Comunicación. Saber trasladar el mensaje de la forma correcta es otro requisito ineludible para que las desvinculaciones no afecten negativamente a la empresa. Un cometido en el que el mánager debe asumir la responsabilidad. De ahí la necesidad de capacitar a los directivos con las habilidades y herramientas necesarias para mantener una comunicación clara, motivadora, asertiva y coherente con los trabajadores que evite un mal ambiente laboral y una caída de la productividad.   

“Contar con un proceso de offboarding en el que se marcan hitos, roles y responsabilidades para cuidar tanto al empleado que se va como a los empleados que se quedan será decisivo para marcar la diferencia como compañía”

La guía definitiva para acertar ante las desvinculaciones laborales

Todos somos conscientes de que hacer frente a las desvinculaciones o reestructuraciones en una organización nunca es fácil. De hecho, es uno de los momentos más complicados para una compañía. Sin embargo, ahora más que nunca, las empresas tienen el gran reto de demostrar sus valores y su compromiso con sus empleados y, por tanto, con las personas cuando más lo necesitan. Y aún queda mucho por hacer. Según datos de Zippia, el 71% de las organizaciones no tienen implementado un proceso de offboarding. 

Así, en nuestra mano está minimizar el impacto de estas desvinculaciones no solo en la empresa, sino también en las personas que se van y en las que se quedan en la compañía. Para que esta tarea resulte más sencilla, hemos creado la «Guía definitiva del offboarding», un documento que ayudará a las organizaciones a saber transitar este momento tan delicado y en el que, como hemos visto, se marca la diferencia.