Sistema educativo y COVID-19: relación a distancia con el estudiante
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Y es que esta transformación del sistema educativo ya la empezamos a ver en casos como los máster hybrid learning de la EAE Business School, basados en una metodología donde se fusiona lo mejor del mundo presencial y lo mejor del online para ofrecer un formato formativo único y de carácter global, o en universidades a distancia como la Universidad Internacional de Valencia, basada en una metodología completamente online y referente en el campo de la innovación educativa.
Otro ejemplo claro de la tendencia hacia lo digital lo encontramos con The Power MBA que, como ya nos adelanta su propio lema, se trata de “la escuela de negocios que cambia las reglas”. En octubre de 2017, cuatro socios fundaban esta escuela de negocios apostando por un modelo formativo disruptivo basado en el microlearning: píldoras formativas de 15 – 20 minutos durante 10 meses a través de una plataforma online y con contenidos realizados por grandes emprendedores o altos directivos. Así, con este modelo, ya se puso en jaque al sector educativo en su conjunto. Y es que pese a que The Power MBA no cuenta con título oficial, deja patente con su número creciente de alumnos y el reconocimiento de su marca, que es el momento de cuestionar el “statu quo”.
Así, si algo está claro, es que es necesario ofrecer alternativas online a los alumnos y flexibilizar el consumo. Eso sí, sin olvidarnos de cuidar lo que vive y siente el alumno para poder dar respuestas que cubran las necesidades y prioridades que surgen en la nueva experiencia del estudiante con su universidad o escuela de negocio.
¿Cómo afronta el sector educativo la transformación acelerada?
El COVID-19 llegó a España a finales del mes de febrero para cambiar por completo el panorama social. Todos los sectores tenían que renovarse y adaptarse a las circunstancias de cara a sus empleados y a sus clientes, estuvieran preparados para ello o no.
Así, el sector de la educación fue uno de los primeros en sufrir las consecuencias del COVID-19. Y es que la suspensión de las clases fue, incluso, anterior a la declaración del estado de alarma en algunas comunidades autónomas. Ante esta situación, por suerte o por desgracia, todos los cursos lectivos en marcha tenían que seguir. La pregunta era, ¿cómo?
Todas los centros educativos se pusieron manos a la obra para buscar alternativas y soluciones técnicas que les permitiesen seguir con el calendario lectivo haciendo uso de aplicaciones como Moodle o Blackboard. Unas herramientas que, sin duda, han pasado a ser el núcleo esencial del curso y claves para poder ofrecer clases online.
Sin embargo, pese a ser conscientes de la transformación digital que necesitaba el sector educativo, ¿estamos cerca de lo necesario para ofrecer una educación a distancia de calidad? ¿Se están cumpliendo las expectativas de los alumnos? ¿Estamos cumpliendo con aquello por lo que nos eligieron?
En la situación actual, universidades y escuelas de negocios se están enfrentando a grandes desafíos que se percibían lejanos cuando la educación tenía un carácter presencial:
- Clases interactivas a distancia. Las universidades ya contaban con un portal del alumno cada vez más completo, pero, ¿estaban preparadas para alojar clases online de forma simultánea con cientos de estudiantes? Lo cierto es que las clases son la columna vertebral de cualquier curso, tanto los contenidos impartidos como la interacción que se suele generar entre alumnos y profesorado. ¿Podemos llevarnos esto al mundo digital?
- Exámenes en remoto. Hasta el momento, incluso algunas de las universidades online hacían los exámenes de forma presencial. ¿Podemos garantizar que los alumnos vayan a hacer los test sin contar con ayuda externa? ¿Hay que sustituir los exámenes ordinarios por entregas de evaluación continua?
- Trabajos prácticos en equipo. Para organizar trabajos que formaban parte de la evaluación continua, los alumnos quedaban presencialmente para trabajar conjuntamente un caso práctico asignado. Y ahora, ¿cómo pueden coordinarse?
- Networking. Es cierto que, en muchas ocasiones, no es la principal prioridad de los alumnos de primeros cursos de grado, sin embargo, en cursos de máster o postgrado, es un elemento decisivo para quienes deciden embarcarse en un nuevo proyecto profesional. ¿Cómo mantenemos la comunidad universitaria? ¿Qué herramientas le damos a los alumnos para que puedan seguir comunicándose entre ellos?
¿Cómo se está trabajando para mejorar la experiencia del estudiante desde la distancia?
Si algo queda claro es que cuando decides ir a la universidad, ya sea a cursar un grado o un máster, no solamente va en busca de conocimiento teórico. En este sentido, ¿están los centros educativos cubriendo estas necesidades básicas de los alumnos? Veamos cómo están haciendo frente a estos desafíos algunas universidades españolas para cuidar y mejorar la experiencia del estudiante.
- Como hemos visto, las clases interactivas juegan un papel fundamental en la experiencia de alumno. Tenemos que llevar lo mejor de las clases presenciales al mundo “on” y eso se consigue garantizando lo siguiente: la calidad de la conexión para escuchar y ver correctamente al profesor; la dinamización de la clase, lanzando preguntas a los alumnos a través de plataformas como Kahoot o Mentimeter; la interacción entre alumnos, a partir de la creación de grupos para trabajar ejercicios en común con herramientas como Blackboard Collaborate que permite crear salas virtuales de trabajo interactivo.
- Son varias las universidades que tienen previsto llevar a cabo exámenes en convocatoria ordinaria. Por ejemplo, la Universidad Pontificia de Comillas ha realizado más de 70.000 exámenes telemáticos y ha hecho uso de Respondus para realizar sus evaluaciones ordinarias. Por otro lado, CUNEF ha puesto en práctica su herramienta Canvas para dar respuesta a esta necesidad.
- Para el desarrollo de los trabajos en equipo existen herramientas como Miro o Popplet, que facilitan la puesta en común de ideas a partir de pizarras virtuales, además de otras plataformas como Teams, Zoom o Google Hangouts que permiten la interacción simultánea a través de video o audio entre los miembros del equipo.
- El networking se ha visto perjudicado, quedando las interacciones reducidas a los entornos más cercanos, a los chats virtuales y a las comunidades generadas en las plataformas de Moodle o Blackboard. Por ello, no debemos olvidarnos de Linkedin y la importancia de cuidar la marca personal en esta plataforma.
COVID-19, el punto de inflexión para el sistema educativo
Si algo está claro es que el COVID-19 ha venido para sacudir la realidad a la que estábamos acostumbrados. Ha llegado para sacarnos de nuestra zona de confort y actuar como catalizador en todas las reinvenciones que se vislumbraban más a medio/largo plazo.
Y ahora, gracias a esta transformación digital a la fuerza, vemos cómo el sector educativo va por el camino de conseguir una formación de calidad, flexible y adaptada a la realidad social. Para ello, tenemos que seguir aprendiendo y decidiendo qué herramientas son más adecuadas para satisfacer las necesidades tanto de los alumnos como de los profesores. Tenemos que coger lo mejor de los dos mundos (“on” y “off”) para mimetizarlos y crear un entorno adecuado para todos.
En definitiva, debemos aprovechar esta coyuntura para sentar precedentes y seguir evolucionando en la mejora de la experiencia del estudiante. ¿Será el coronavirus un punto de inflexión en el sector educativo? Visto lo visto, yo creo que sí ¿y tú?
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